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miércoles, 26 de noviembre de 2014

Barroquiz(arte) literario novohispano.

El Barroco, nacido a principios del s. XVII (finales del XVI en Italia), sigue siendo la época dorada para las diferentes artes conocidas. Desde la arquitectura, pasando por la imaginería y llegando a la literatura, nos encontramos ante un Siglo, llamado el de Oro, que aportó a la cultura una historia artística digna de admirar.


Es considerada una consecuencia de las diversas crisis que sufrió Europa, principalmente por el Descubrimiento de América, además de los diferentes adelantos científicos como la circulación de la sangre, por Galileo Galilei, la teoría de la gravedad de Isaac Newton, o la confirmación de la teoría heliocéntrica por parte de Copérnico. Todo ello facilitó que el hombre dejase atrás el concepto de antropocentrismo y se centrase en lo estrictamente visual. Pero además de todo esto, encontramos una larguísima producción literaria a ambos lados del Atlántico: Calderón de la Barca, Lope de Vega, Tirso de Molina, Ruiz de Alarcón, Sigüenza y Góngora, o Sor Juana Inés de la Cruz, entre otros, son también considerados representantes de esta época histórica, artística y literaria.
Durante dos días, tuve la suerte de asistir al Seminario «Pensamiento y literatura en el Barroco en el ámbito novohispano»[1], donde se habló de este período, centrándolo en figuras como Sigüenza y Góngora, Ruiz de Alarcón, y sobre todo, en Sor Juana Inés de la Cruz. Pero, ¿qué es lo literario en los textos novohispanos?

La literatura hispanoamericana comienza con los Diarios de abordo del almirante, y más tarde, las Relaciones de Cortés. El modo epistolar daba cuenta de lo que se veía y se percibía, desembocando, quizá sin querer, en relatos históricos[2]. Desde entonces, nos hallamos con cinco siglos de una producción literaria novohispana, que ha ido cambiando con el paso del tiempo, dando lugar a diferentes estilos.
En las primeras manifestaciones literarias americanas no se tenían en cuenta los factores para determinar textos literarios o no literarios; sin embargo, en la época barroca, la Inquisición era la crítica «enterada» de la literatura novohispana. Estaba formada por intelectuales que tenían conceptos que aplicaban, no sólo por temas religiosos, sino por temas literarios. Las obras debían ser útiles y deleitables. La principal misión de la Inquisición era fortalecer los dogmas de fe, tales como la Virginidad de María, la Santísima Trinidad, y el Señor en la Cruz. Por esta razón, había un gran trecho entre la escritura de un texto y su difusión.
En la Península hispánica, a pesar de que el discurso barroco se tenía como una contrarreforma, dando voz a la interdisciplinariedad, y como una reivindicación del estilo dogmático para solucionar el problema cismático de una España en constante evolución, en América se dio un estilo barroco propio.
La clase criolla comenzó a sentirse relegada en el s. XVII, ya que los puestos de poder eran siempre ocupados por peninsulares enviados por la Corona. De ese sentimiento de inferioridad iría surgiendo el germen de la identificación, con el único objetivo de diferenciarse de los españoles. Se llevaría a cabo una manifestación identitaria presente en todas las artes, pero especialmente en la literatura. La consecuencia de este tiempo reivindicativo es una poesía de circunstancia.
Los criollos exageraron los códigos culturales de la Península[3], pero al mismo tiempo, e inevitablemente, las herencias prehispánicas se fueron filtrando en las artes, dando lugar a un barroco cuya exuberancia superaba, con mucho, al Barroco español.
Cuando se habla del Barroco de Indias nos referimos al nuevo contexto americano. Se convierte en un modo de expresión ideal para mostrar en la literatura la extrañeza de ese nuevo Mundo, donde, desde su descubrimiento, se había creado una estética de lo maravilloso.
Es muy difícil destacar una sola figura en esta época literaria, pero destacan éstas:
-          Juan Ruiz de Alarcón (1580?-1639), quien desempeñó todo su trabajo en España, abriéndose camino entre los grandes dramaturgos españoles.
-          Luis de Sandoval y Zapata (1620?-1671). Su percepción alrededor de la muerte, además de cuestiones metafísicas y filosóficas, parecen muy interesantes para los críticos.
-          Carlos de Sigüenza y Góngora[4] (1645-1700) es un ejemplo de erudición en muchos de los aspectos literarios, históricos y filosóficos. En Alboroto y motín de los indios de México (1692) nos muestra el constante espíritu de conservación, de enfrentamiento al conocimiento para entender el mundo en el que se vive.
            Pero, sin duda, la figura más destacada del barroco novohispano es la de Sor Juana Inés de la Cruz (1648?,1651?-1695). Sor Juana es una de las incógnitas de la literatura novohispana. Su discurso puede chocar con el discurso masculino, lo que puede desembocar en las misoginias y envidias. Esta creadora de literatura estaba muy adelantada a su tiempo, un tiempo en el que había un retraso literario y cultural muy fuerte.


La biografía de Sor Juana explica mucho de su obra y se refleja en buena medida en ella. Al acercarnos a ella, encontraremos aspectos problemáticos y se nos permitirá acceder al sentido profundo de su obra. La interpretación está en el carácter único de su producción.

             



[1] Impartido por el doctor Alberto Ortiz (Universidad de Zacatecas).
[2] En aquella época no había diferenciación entre lo que era literario y lo que no.
[3] Una manera de diferenciarse de los indígenas.
[4] Constructor del mito guadalupeniano

jueves, 6 de noviembre de 2014

Una reflexión práctica sobre las teorías de la educación

      A lo largo de este comentario de texto, haré una comparación acerca de las adaptaciones teórico-prácticas en la educación impartida a adolescentes. Para ello, tomaré como referencia los textos Psicología evolutiva, Ausubel y Hanesian (1990), Psicología evolutiva, A. E. Woolfolk (2006); así como el texto de Rivas.
            «¿La buena enseñanza es una ciencia o un arte, una disertación centrada en el profesor o un descubrimiento centrado en el estudiante […] Un buen profesor es un buen explicador o un buen interrogador?»[1] Todas estas preguntas las plantea Woolfolk en Psicología evolutiva (2006), pero  se las han ido haciendo, tanto psicólogos como profesionales de la enseñanza, dando diferentes versiones sobre la misma.
La definición de educación y el cómo aplicarla es algo complicado teniendo en cuenta, por ejemplo, estos factores:
En campos como el de la educación, el problema de la generalidad es todavía más complicado por el hecho de que los problemas prácticos a menudo existen a niveles de complejidad más elevados con respecto al orden de la fenomenología involucrada, que los hallazgos de las ciencias básicas que se pretenden aplicar […] y los métodos de aprendizaje que los niños emplean para aprender por repetición listas de sílabas sin sentido en el laboratorio no corresponden necesariamente a los métodos de aprendizaje que los niños utilizan en las aulas para adquirir partes importantes de la materia de estudio.[2]

            Según Ausubel, el aprendizaje es una capacidad de recepción que tiene el sujeto para la asimilación de un nuevo material. Su contenido está bien organizado: en secuencias, y con unas conclusiones. El conocimiento se adquiere a través del lenguaje[3]. En su teoría, el aprendizaje se basa en lo general, pasando posteriormente a lo específico: «A nivel aplicado, se agregan fines y condiciones específicos que reclaman más investigaciones para indicar la manera precisa como operan las leyes generales en el caso particular. Esto es, la aplicabilidad de los principios generales específicos no está dada en el enunciado del principio general, sino que debe hacerse explícita con respecto a cada problema individual.»[4].
            Por el contrario, Rivas afirma que:
La Psicología de la Educación (PE) tradicionalmente ha tratado de lo particular de la Situación Educativa, haciéndola equivalente a la aplicación de conocimientos psicológicos y pedagógicos, o también definida como la práctica educativa. La forma de descender a esa práctica ha sido deductiva: de la teoría a la práctica; del conocimiento general al particular. Pero las teorías y principios generales no vienen directamente de la propia Psicología de la Educación, sino de otras áreas (Psicología General, Personalidad, Diferencial, Social, etc.). De esa manera, la SE es el escenario donde se vierten las aportaciones y principios que vienen de otras áreas de conocimiento, y que se toman para explicar y mejorar lo que acontece en el proceso E/A.[5]

Es decir, se basa en un proceso inductivo por parte del sujeto; ir de lo concreto a lo general: «La propuesta viene del convencimiento de que una metodología inductiva puede plantearse como una alternativa en la construcción del conocimiento científico que necesita la Psicología de la Educación. Con las cautelas que sean precisas, con los esfuerzos y el tiempo por delante, entiendo que se trata de adecuar lo que las ciencias han hecho en su génesis.»[6]
El paso de la teoría a la práctica se fundamenta, según este libro, en «retroalimentar las tres instancias de conocimiento»:
Trabaja con la realidad en la que tiene lugar la educación escolar, la Situación Educativa, y de esa realidad es necesario obtener datos, lo que conlleva la existencia de un adecuado marco de fundamentación teórica y una metodología que respete la idiosincrasia de los datos, se aplique a una realidad acotada como práctica. La información así obtenida puede ser capaz de retroalimentar las tres instancias de conocimiento: la teoría, la metodología y la práctica. [7]

Por otra parte, según Woolfolk, «los psicólogos llevan estudiando la manera en el que los niños piensan y sienten, cómo ocurre el aprendizaje, qué aspectos influyen en la motivación y cómo la enseñanza afecta al aprendizaje.»[8].
Siguiendo estas pautas, obtenemos dos puntos de vista acerca de la manera de transmitir los conocimientos. Por una parte «un profesor eficaz revisa, explica, verifica la comprensión y, en caso necesario, vuelve a enseñar manteniendo siempre el nivel de dificultad y el ritmo de la forma correcta, para lograr que los estudiantes continúen aprendiendo»[9]. Por otra parte, sin embargo, «otros educadores consideran que la característica principal de un profesor excelente no es la capacidad de aplicar teorías, sino la habilidad de ser reflexivo […] Así, la enseñanza es tan compleja que debe reinventarse con cada nuevo tema y cada nueva clase. Los buenos profesores no son “sabios en la tribuna” que arrojan conocimientos, sino “guías-compañeros de sus alumnos”.»[10].
Teniendo en cuenta todas estas hipótesis acerca del paso de la teoría a la práctica, ¿cuál sería el método más adecuado para obtener mayores resultados, y con mejor calidad? En mi opinión, todo método es bueno, siempre que se sepa utilizar bien.




[1] Woolfolk, A. E., Psicología Educativa, Madrid, Pearson Eduaction, 2006, pág. 7.
[2] Ausbel, D., Novak, J. y Hanesian, H., Psicología Educativa. Un punto de vista cognoscitivo, México, Trillas, 1990, pág. 30.
[3] Éste puede ser escrito, kinésico, oral…
[4] Ausbel, D., Novak, J. y Hanesiand, H., op. cit., pág. 30.
[5] Rivas, F., El proceso de Enseñanza/Aprendizaje en la situación educativa, Barcelona, Ariel, 1997, pág. 84.
[6] Idem, pág., 85.
[7] Ibidem.
[8] Woolfolk, A. E., op. cit., pág. 7.
[9] Ibidem.
[10] Ibidem

viernes, 10 de octubre de 2014

Tanto que leer y tan(tas) poca(s) vida(s)


Estoy sentada en la terraza de mi casa. Hay nubes, y, aunque hace mucho calor, tengo la sensación de que va a llover. No sé si serán las señales de una próxima 'gota fría'. Mis perros se acercan para que les acaricie y vuelven al jardín a jugar con la tierra en la que yo de pequeña jugaba. Mientras, leo un libro, dos, tres; tantos como mi capacidad de asimilación imaginativa me permite. Los voy comentando con el alter ego de mi cabeza. Vuelvo a repasar las páginas pasadas, por si algún detalle se me ha escapado, a mí, o a mi otro "yo" en la ficción. Tengo un problema serio para la ignorancia de muchos: me gusta leer. Más aún. Creo que me apasiona leer.

Leer. ¡Qué palabra tan bonita, a la vez que cargada de sentido! Leer. Creo que es lo que más hago a lo largo del día. Clásicos, bestsellers, novela histórica, romántica, de terror, suspense. 

Y periódicos, sobre todo periódicos. Es necesario enterarse de lo que pasa en el mundo real. No me conformo sólo con los mundos que [me] creo. Y últimamente se han sucedido muchos acontecimientos que acaparan la atención hasta del más hipnotizado por las palabras.


Pero hay algo que me molesta mucho de leer y es que hay muchas letras aún por descubrir, mundos todavía inexplorados, y pensamientos y críticas como personas han pasado por este universo tangible. Cada vez que entro a la biblioteca a escoger uno o dos libros (porque me leo varios a la vez) mi cabeza se siente atrapada entre la espada y la pared. Siente que no va a tener vida suficiente para disfrutar de cada una de las letras que se han escrito a lo largo de la historia. Son tantas cosas que a los lectores empedernidos no nos da tiempo a almacenar en nuestra cabeza que hay veces que acabamos frustrados. Y creo que así he acabado yo (si no venía así de serie, claro).


Y mi pregunta es: "¿Por qué hay tan poca vida para tantas letras impresas, y no impresas?" 


Dejo la pregunta en el aire. No sé si alguien podrá llegar a contestarme; pero mientras espero la respuesta, me voy a leer uno de los tantos libros que tengo a medias. Me voy a vivir, durante el tiempo que dura mi lectura, otro mundo y a sentir unos sentimientos que no son los míos; pero es lo que tiene leer: VIVIR más de una vez. Quizá en una de esas “letríficas” vidas encuentre el tiempo que me hace falta para fotografiar con mi retina las grafías que forman esas bonitas palabras que los amantes de las letras llamamos escritura. 

jueves, 2 de octubre de 2014

EmParra[Miento] ¿Qué es la antipoesía Parra nosotros?

Nicanor Parra ha sido, y sigue siendo, el mayor ejemplo del movimiento antipoético. Este año se conmemora el centenario de su nacimiento, y por ello el Centro de Estudios Iberoamericanos Mario Benedetti (CeMaB) ha organizado, durante todo este curso académico, una serie de acontecimientos enfocados a la cultura chilena.

Hoy he tenido la suerte de asistir a la conferencia titulada «Hay Parra parra rato», impartida por la profesora María Nieves Alonso, y el profesor Mario Rodríguez. Ambos han hecho un recorrido crítico por la vida literaria del antipoeta por excelencia.







En primer lugar, María Nieves Alonso ha afirmado que, al igual que la «antipoesía» pretendía bajar a los poetas del Olimpo, los críticos de la misma tienen obsesión por que ellos mismos bajen del hogar de los dioses. Las creaciones antipoéticas del escritor chileno sufren un proceso de desacralización del poeta; y por ello en el poeta vemos un paralelismo con la figura de Jesucristo, ya que hay un antes y un después de su creación poética. La «antipoesía» cambia a través de sus construcciones poéticas: «Parra es capaz de matar la poesía», según Neruda.

Sin embargo, hay una relación evidente entre Parra y la poesía anterior. La sacralización es el proceso más estudiado por los críticos de esta época, ya que éstos viven un proceso de desacralización del propio poeta; aunque María Nieves Alonso afirma: «Más que de desacralización, yo hablaría de humanización del poeta»

Nicanor Parra humaniza la figura del poeta. Además, el antipoeta utiliza la «antipoesía» como método para crear. Se define al sujeto para definir este movimiento, donde hay un constante juego anafórico. Y aunque el consciente no es capaz todavía de asumir, de decir lo que percibe en ella, la ternura siempre está presente en las creaciones de Parra: «Humanización del poeta como un trabajador y contructor.»

La vergüenza y el aburrimiento están perfectamente ligados a este movimiento poético, debido a que la vergüenza es considerada un sentimiento revolucionario. Y estos dos términos hacen que la antipoesía esté en el proceso de humanización. Según el antipoeta chileno hay que humillar la poesía: «Si no se la ofende, hay que avergonzarla y humillarla en público.»


Mario Rodríguez, por su parte, ha afirmado que la poesía de Parra es una poesía que desconcierta y distrae al lector español. Parra rechaza el fenómeno o concepto de las oposiciones, de los binarismos. Es evidente el acercamiento de Parra al lenguaje popular de la cultura popular.



El hombre imaginario 
vive en una mansión imaginaria 
rodeada de árboles imaginarios 
a la orilla de un río imaginario

De los muros que son imaginarios 
penden antiguos cuadros imaginarios 
irreparables grietas imaginarias 
que representan hechos imaginarios 
ocurridos en mundos imaginarios 
en lugares y tiempos imaginarios

Todas las tardes tardes imaginarias 
sube las escaleras imaginarias 
y se asoma al balcón imaginario 
a mirar el paisaje imaginario 
que consiste en un valle imaginario 
circundado de cerros imaginarios

Sombras imaginarias 
vienen por el camino imaginario 
entonando canciones imaginarias 
a la muerte del sol imaginario 
Y en las noches de luna imaginaria 
sueña con la mujer imaginaria 
que le brindó su amor imaginario 
vuelve a sentir ese mismo dolor 
ese mismo placer imaginario 
y vuelve a palpitar 
el corazón del hombre imaginario 


«Hombre imaginario», Nicanor Parra.








viernes, 26 de septiembre de 2014

Sociedukizada

Últimamente me he aficionado a pasar el tiempo, que la sociedad no me deja invertir en colaborar con el PIB, a hacer sudokus, juego de ingenio donde, como la mayoría de gente sabrá, se tienen que ir poniendo números en 81 casillas diferentes, cuidando que ninguno se repita, ni en las líneas, ni en los nueve cuadrados. Si alguno de ellos es el mismo y no hay posibilidad de solución, el juego se da por terminado, dejando las demás casillas vacías.

Mientras intentaba deshacer una maraña de números que no eran correctos en su respectivo lugar, vi la noticia sobre la subida del Producto Interior Bruto Español. De repente mi cabeza se inundó de ideas críticas hacia estas prácticas del gobierno para intentar sacarnos de la crisis que, entre todos los políticos, sin distinción de partidos, nos han metido. Y sin querer, extrapolé las reglas del juego a las reformas que el señor Montoro anunció ayer en los medios de comunicación. Comparé a los ciudadanos con los números que yo intentaba encajar en los diferentes cuadrados, entendiendo que todos los números en este juego tienen la misma importancia, al igual que todas las personas en una misma sociedad. 




Según el ministro Montoro, el PIB ha subido porque se han tenido en cuenta trabajos ilegales como el contrabando, la prostitución o las drogas, cosa que en un país desarrollado como España me parece aberrante: 

De mantenerse este alza en 2014 el Gobierno tendrá un colchón de 2.000 millones para cumplir el déficit del 5,5% del PIB. También dispondrá de 2,5 puntos más de margen para que la deuda no alcance el 100%. Es decir, al medirse estos ratios en porcentaje de PIB, el numerador es ahora superior, hasta posiblemente 1,073 billones (PIB nominal) en este año, lo que significa que el denominador (el déficit) puede llegar a 59.000 millones para registrar ese 5,5% sobre el PIB comprometido con Bruselas cuando hasta ahora la cifra no podía superar los 57.606 millones. Algo similar ocurre con la deuda ya que el agujero de 1,012 billones en el segundo trimestre no varía, pero sí su ratio sobre el PIB, que baja al 96,4% frente al 98,9% oficial. 
El mundo, 26-9-2014.

Además, en esta misma noticia el ministro anunció que en las instituciones públicas se irían devolviendo las pagas extra que se fueron extrayendo de los sueldos, ya congelados por el gobierno socialista: 

Los empleados públicos cobrarán a principios del próximo año el 25% de la paga extra que el Gobierno les suprimió en 2012. Así lo anunció ayer el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, horas antes de reunirse con los representantes sindicales para avanzarles las líneas maestras de los Presupuestos Generales del Estado para 2015, que hoy aprobará el Consejo de Ministros. "Procederemos a devolver parte de la paga extra del año 2012", sólo se puede parte", deslizó el ministro en los pasillos del Congreso de los Diputados. "En torno a una cuarta parte", detalló. 

El país, 26-9-2014. 

Fue curioso, ya que esta información me llegó mientras "mataba" el tiempo entrenando la mente para no perder la costumbre de pensar, cosa que muchos de los que nos gobiernan no hacen. 

En un país pasa lo mismo que en el juego que intentaba resolver. Si alguien cobra dos sueldos que no le corresponden en este mismo juego, el país va mal; si alguno de los ciudadanos no encaja en ninguna de las casillas, por no tener trabajo, el juego y, por lo tanto el país, va mal.

Todos somos necesarios en cada una de los huecos vacíos para realzar este sudoku llamado PIB en la vida real del ciudadano y de la sociedad que complementa. Del uno al nueve somos imprescindibles; sólo falta que los que están en el poder sepan colocar cada número en su sitio correspondiente, cuidando que ninguno se repita, y que ninguna de las casillas se quede sin rellenar.














jueves, 19 de junio de 2014

Ben(dito)edetti

Durante todo el curso que acaba de cerrarse. he podido ser testigo de los numerosos homenajes que se le han rendido al maestro Benedetti en el quinto aniversario de su fallecimiento. 

Los congresos, seminarios y coloquios me han permitido acercarme, aún más, si cabe, a este magnífico genio de las letras.


A lo largo de estas intensas, pero gratificantes, sesiones, me he podido empapar de lo que este autor, mediante sus letras, quiso hacer llegar a los lectores, representantes en ese momento de la conciencia social.



La prodigiosidad del autor para enlazar los espacios de sus obras con los espacios de los lectores es algo notable en este maestro literario y crítico con su entorno. Las obras del autor uruguayo dejan entrever en sus versos algo de carga de su sentido del humor, ya que su crítica la hace desde el punto de vista irónico.

La vida es algo que va por épocas, por ello, siempre que se pasa alguna mala, esta misma va a volver; además, los poemas de Benedetti van acordes a la realidad que hoy día estamos viviendo, la crisis económica, social y política. Sus letras se clasifican dentro de una memoria colectiva que va regenerando su manera de pensar y de actuar. Sus versos podrán estar inmersos en un determinado contexto histórico, político y social, pero encajan a la perfección en la sociedad en la que hoy convivimos. 

Seré curioso [Fragmento]

En una exacta
foto del diario
señor ministro
del imposible

vi en pleno gozo
y en plena euforia
y en plena risa
su rostro simple

seré curioso                        
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe
[...]
aquí en la calle
suceden cosas
que ni siquiera
pueden decirse                                                   

los estudiantes 
y los obreros
ponen los puntos 
sobre las íes

por eso digo
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe.





La constancia de una apuesta por una poética del compromiso, defendiendo a los autores de la misma, está latente en su obra. Benedetti tiene que ver con el movimiento de la acción poética. En él se daba una armonía especial, armonía que encontraba escribiendo.

Dentro de Benedetti siempre había un cierto grado de incertidumbre que le fue aportando al exilio. Un reencuentro con el exilio humano, tan difícil de asumir como el exilio político.


Hagamos un trato [Fragmento]

Compañera
usted sabe
que puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo
[...]
      es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo                                             
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.


Mario Benedetti.

sábado, 14 de junio de 2014

¿Qué faceta mostrar de Lope de Vega?

Hace exactamente dos días, me encontraba en la cocina de mi casa preparando la cena. Es algo habitual cuando anochece. Normalmente, suelo hablar con mis padres mientras recorro el habitáculo culinario, abriendo y cerrando la nevera. Pero esa noche, decidida a hacer algo distinto, agarré el mando y pulsé el botón de "encender". El primer canal que salió de entre ese cúmulo de luces llamado "televisión" fue la TVE. «¡Qué aburrimiento!», pensé; e inmediatamente comencé a hacer lo que ahora se conoce como "zapear".

Canal por canal, programa por programa, fui vislumbrando lo que ofrecían las diferentes cadenas. De esa manera, llegué a Antena 3, una de mis favoritas, y a partir de ese momento, «la mejor», dije. Estaban haciendo una película sobre Lope de Vega, uno de los mejores dramaturgos, por no decir mi favorito, que han tenido las letras hispanas. 


Desde ese momento, me embobé con la «caja tonta», mientras que mi madre y yo hacíamos comentarios sobre lo que veíamos y lo que queríamos observar. Esperábamos algo que se ajustase más a la vida teatral de Lope; la única vida que le dio la fama con la que ahora se le conoce. Lo demás es secundario, o pseudosecundario.
Pude comprobar con gran lástima que el largometraje no se centraba en lo que yo en un primer momento esperaba como Filóloga Hispánica: sus comedias. Sólo narraba los amores de Lope, dando una visión un tanto picante de los mismos, dejando a un lado lo que le hizo famoso [o eso es lo que a mí me dio a entender]. Esto hizo que mi atención no estuviese más de 15 minutos sobre la pantalla. Comencé a notar que mis ojos se cerraban, y con gran lástima y decepción apagué el televisor. Me fui a leer El perro del hortelano, de este mismo autor.



                  
Teodoro.      No he podido sosegar.

Tristán.        Y aun es con mucha razón; / que ha de ser tu                                  perdición / si lo llega a averiguar. / Díjete que la                          dejaras / acostar, y no quisiste.

Teodoro.        Nunca el amor se resiste.

Tristán.         Tiras, pero no reparas.

Teodoro.               Los diestros lo hacen ansí.

Tristán.           Bien sé yo que si lo fueras / el peligro conocieras.

Teodoro.          ¿Si me conoció?

                                                   Tristán.                    No y sí, / que no conoció quién eras, / y                                                                              sospecha le quedó.


El perro del hortelano, de Lope de Vega.



Mientras iba leyendo esta magnífica obra, pensaba para mis adentros que ojalá alguien diese más importancia a las letras que a los amores; aunque en la sociedad en la que vivimos, donde la cultura es saber «quién se acuesta con quién», es algo muy difícil.