Libro

Libro

viernes, 27 de diciembre de 2013

[Interés]adamente

A la atención de los políticos:

He estado viendo con gran interés y atención la evaluación del año que se va a terminar. Por mi parte, no tengo ninguna queja; me ha ido bien gracias al apoyo y esfuerzo incondicional de mis padres [no de ustedes]. He tenido techo, comida y estudios, que no es poco. Sin embargo, sí que he visto sufrir a mucha gente que no ha tenido la misma suerte que yo.

He visto situaciones en las que alguno de los miembros de la familia ha tenido que emprender un rumbo muy diferente al que había soñado cuando era niño. He visto cómo la gente se suicidaba por no poder hacer frente a la hipoteca que muy [interés]adamente los bancos le concedieron. He visto formar colas en las puertas de los bancos de alimentos para poder recoger una comida limitada en kilos (porque, claro está, no sólo hay dos ó tres familias, hay más) y así alimentar a cónyuge, hijos, nietos, e incluso hermanos y sobrinos.



Sí, pensando y reflexionando sobre todo lo que he visto, me he sentido muy afortunada. Pero me entristece ver cómo ustedes, los que se hacen llamar políticos, sólo tengan agallas para "pasarse la pelota", vulgarmente dicho, de los problemas por los que está pasando este país.

Desde que empezó la crisis no he visto ninguna puesta en común de las ideas que cada partido en su independencia pueda haber tenido. Sólo he visto reproches y más reproches por algo de lo que ustedes tienen la culpa; por su mala gestión de los fondos públicos tirados por la borda, por los problemas de corrupción [no me importa de qué partido o de qué miembro del Gobierno]. Claro, ¿quién podía haber pensado en su sano juicio que un país como España, la que fue dueña del Sol, pudiese estar en crisis? La respuesta a esa pregunta es sencilla: USTEDES. Deberían haber sido ustedes los que tendrían que haberse dado cuenta a tiempo de lo que iba a pasar.

Pero llegó un momento que dio igual, porque el error que se había cometido se podía enmendar de una forma limpia y consensuada [o eso nos dijeron]. Nos prometieron que no iban a tocar las pensiones, las tocaron; nos dijeron que no iban a recortar en educación ni en sanidad, lo hicieron; nos prometieron que no iban a subir los impuestos, los subieron. Y todo, ¿para qué? Para que nos vengan ustedes diciendo que se empiezan a vislumbrar "brotes verdes".

Es muy fácil hablar de crisis [ciudadana] (porque según ustedes los que nos tenemos que apretar el cinturón somos los españoles de a pie) cuando se tiene todo, igual que es muy fácil criticar el hambre mientras se está degustando un solomillo.

Sé muy bien que la dirección de un país no es fácil, y más si se encuentra en un estado de crisis, pero, en vez de criticar al partido opuesto, deberían empezar a mirar más por los que realmente necesitan su ayuda, los ciudadanos de a pie [como los llaman ustedes].

FDO: Una ciudadana más.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

¿Telicidad o no Telicidad?

En mi paso por la Universidad de Alicante he vivido numerosas experiencias que me han hecho crecer como estudiante y como persona.

Entre las cosas que he aprendido como estudiante se encuentra la definición que titula esta entrada: "Telicidad o no Telicidad", lo que viene a significar la duración de las acciones en la lengua. Lo télico siempre es algo que implica un límite temporal, mientras que la no telicidad no implica tal límite.


La cuestión que me ha llevado a escribir esto en mi Blog es que no sé lo que vendrá después de mi paso por la Universidad de Alicante, paso que por el momento considero no télico porque se ha alargado en el tiempo, pero que terminará dentro de poco, espero. Por entonces se habrá convertido en una acción télica. Siendo así, este paso por el universidad lo podré definir como una acción transitoria que se ha dado en mi vida. Una acción que considero como un crecimiento; una acción que se ha podido combinar con numerosas propiedades, perfectivas y no perfectivas.

A las primeras de ellas les doy las gracias por haber terminado, tardando más o menos tiempo, pero que al fin al cabo, han implicado un límite temporal del que antes he hablado. A las segundas les agradezco la consideración de durar más en dicho límite temporal, no siendo transitorias en muchos de sus ámbitos.

Con este segundo tipo me refiero, por supuesto, a cosas como la amistad, los conocimientos, las experiencias. Respecto al primer tipo, me refiero a situaciones transitorias como los nervios antes de un examen o antes de saber la calificación del mismo, la angustia, el drama de suspender una asignatura. Sin embargo, aunque en este primer grupo también se podría clasificar la alegría télica de haber aprobado una asignatura o de haber conocido a alguien especial, lo clasificaré en el segundo, porque considero que esto sí que tiene carácter imperfectivo. Funcionan como señales buenas en el corazón y en la vida de cada uno.

Este paso por la Universidad de Alicante será algo que consideraré como perfectivo e imperfectivo en muchos de sus ámbitos, aunque siempre lo consideraré algo que formará parte de mí.


viernes, 18 de octubre de 2013

Realidad Españ(h)ola

Hoy, cuando me he levantado, por supuesto sin trabajo, y mientras estaba desayunando, he visto unos reportajes en el programa matinal de antena 3, Espejo Público, que me han puesto los pelos de punta. Y no sólo se ha notado la reacción de rabia en la piel de gallina que se me ha quedado, sino en la contención de todo lo que tengo ganas de decirle a tantas personas que nos gobiernan.

Ya sabemos todos que España no está en su mejor momento; sin embargo, no se está subsanando el error desde la raíz. Es más, lo único que intentan estos "politicuchos" es pasarse las culpas unos a otros de la situación en la que estamos metidos; "-...que si usted debería haber hecho esto" "+...que si usted no me apoyó", conversaciones que no me parecen dignas de un Congreso de los Diputados, conversaciones que parecen estar más relacionadas con un partido de tennis que con la situación que está viviendo este país. Pero lo más triste de esta situación es que los "gobernantes" solamente piensan en su propia conveniencia, y sus intereses, cosa que me parece inadmisible en un país "desarrollado" como España, o ¿debería decir (sub)desarrollado?

No es normal que con el crecimiento económico que tuvimos en nuestros días de gloria ahora estemos cada vez más metidos en el fango de la pobreza. No podemos permitir que se emitan anuncios de "bocadillos imaginarios", y no porque no se necesiten, sino porque la pobreza no debería existir; al menos, no de ese modo.



Hoy, viendo este programa matinal me he dado cuenta de lo afortunada que soy en muchos de los aspectos de la vida. Tengo comida cuando abro la nevera, una familia que me apoya, y mis padres me han proporcionado estudios gracias a los cuales tengo una formación cualificada para cualquier trabajo, trabajo que por el momento no me llega; y no porque no lo intente, ni mucho menos. No he hecho otra cosa que echar currículums y más currículums en sitios donde, seguramente, lo habrán utilizado para dejar el café de la mañana.

Tengo la esperanza de todo esto cambiará, pero sólo será posible cuando volvamos a tener la humanidad que hemos perdido por culpa de la ambición.



Por el momento seguiremos luchando por algo que, aunque consideremos imposible, tendrá una recompensa todavía mayor de lo que creemos. Ya lo decía el Cid. Recuperemos la honra, el honor y las ganas de vivir; y si él ganó la batalla después de muerto, nosotros también lo podremos conseguir con nuestros ideales. Luchemos por una sociedad libre y justa con la clase trabajadora y emprendedora. Pero tenemos que luchar desde dentro. Que se oiga nuestra voz como se han oído otras tantas.


Todo esto se arreglará, sí; pero será posible cambiando el sistema. 

miércoles, 2 de octubre de 2013

Fu(TU)ro

¿Realmente está el destino escrito para cada uno de nosotros?

Como muchos de mis lectores sabrán o intuirán, el destino es aquello que cada uno se forja día a día, sin embargo, yo creo que cada uno tiene un futuro escrito desde el momento en que nace. También es cierto que ese mismo sino puede ser alterado por decisiones tomadas a lo largo de nuestra vida. Un simple "sí" o un simple "no" pueden marcar el curso de la historia de lo que vendrá después.

Además, a lo largo de nuestra vida nos topamos con gente. Gente muy variopinta que, a veces se queda en nuestra vida, y a veces no. En cualquier caso, se trata de gente que, de una manera u otra, ha influido en cómo nos hemos comportado, nos comportamos, o nos comportaremos en diferentes etapas de nuestra vida. Yo sé, y lo tengo muy claro, que la gente va y viene al igual que las oportunidades que nos brinda la vida. Oportunidades que somos libres de atrapar al vuelo, o simplemente dejarlas pasar.

En cualquier caso, el destino es algo que siempre va a estar presente porque cada hora, cada minuto, cada segundo cuenta; y el después de ahora será el ahora de mañana. Por eso tenemos que aprender a vivir al límite, sin tener en cuenta los errores que, (in)conscientemente habremos podido llegar a cometer. Tenemos que aprender a vivir ayudando, y aceptar también ayuda y consejos. No nos "autoflagelemos" por lo que tuvo que ser, pero no pudo haber sido. Cada cosa tiene su momento, su gente, sus amistades, y sus consecuencias. Pero todo lo que hagamos en esta vida nos tiene que tener a nosotros como protagonistas principales, y no importa lo que venga después, porque tu vida es tuya, y de nadie más.


lunes, 16 de septiembre de 2013

¿Qué habrá después de esto?

Hoy, yendo a la Universidad de Alicante, me he dado cuenta de todas las cosas que dejaba atrás: amigos, experiencias, clases, rabietas, enfados... Todo ello ha dejado un bella mancha en mi corazón.
Hoy me he dado cuenta de todo lo que he vivido en esa Facultad que tantos disgustos me ha dado, pero que tanto me ha aportado como persona. 
Todavía no he acabado la carrera; pero, a falta de dos asignaturas, siento que ya soy lo que he estudiado con tanto esfuerzo. Me siento Filóloga Hispánica. 

Hoy me he dado cuenta que se ha cerrado una etapa. Una etapa bella y oscura en muchos de sus ámbitos. Ahora lo único que falta es seguir trabajando en lo que me gusta. Leer, investigar, escribir, seguir investigando, seguir leyendo. En definitiva, hacer todo ello que te aporta valores como estudiante, pero sobre todo como persona. 

La Facultad, según mi experiencia, no sólo te aporta conocimientos literarios y lingüísticos, sino también conocimientos sobre la vida misma. Vida que, en parte, haces allí; que si vas a clase, a los exámenes, que si quedas para tomar un café, para dejar apuntes... esos pequeños detalles que sabes que siempre quedarán en tu memoria.

Hoy, yendo a la Universidad de Alicante, probablemente me he dado cuenta de todo lo que he experimentado, pero tal vez también me haya cerciorado de todo lo que me queda experimentar. Quizá investigaciones, quizá enseñanza, quizá nada...pero estoy segura de que el camino que queda tiene muchas cosas esperando; cosas que, seguramente, serán buenas para mi crecimiento como estudiante, como investigadora...pero, sobre y ante todo, como persona.

Creo que ya he empezado esa pequeña gran etapa porque, a falta de esas dos asignaturas, siento que algo nuevo empieza. Algo que me marcará igual que me ha marcado mi paso por la Facultad de Filosofía y Letras, donde he vivido tantos momentos para recordar.


sábado, 31 de agosto de 2013

¿Quién ha dicho que no se puede volar?

«Volar». ¡Qué palabra tan bonita! Ésa que nos hace pensar en un futuro (in)cierto. La que nos hace soñar con lo (im)posible.

Hay mucha gente que la relaciona con sueños, metas, proyectos, ilusiones. Sí, volar muchas veces, por no decir la mayoría, tiene ese significado.

Sin embargo, yo soy de esas personas que piensa en ese extraño objeto nacido hace mucho tiempo en la Antigua Arabia cuando oigo esta palabra. Sí, pienso en alfombras mágicas. En mi opinión, un muy buen medio de transporte hacia el mundo de los sueños, de las maravillas; hacia el mundo de las oportunidades.

Volemos. Sí. Volemos. Estoy preparada para nuevas aventuras que la vida me deparará, y a donde pienso acudir con la ayuda de este ancestral objeto. ¿Te apuntas?


viernes, 30 de agosto de 2013

Tem(p)or(alidad)

Tengo la certeza de que algo pasará. Pero tener la certeza no quiere decir que vaya a pasar algo (in)seguro.

Algo pasará, sí; pero, ¿quién sabe si será algo bueno o malo? Sólo podremos estar seguros cuando llegue el momento y pase de verdad; no el momento, sino ese algo. Ese algo que inquieta, que da fuerzas para seguir, para continuar en el camino ya emprendido. Ese algo que es el propio tiempo.

Sí. Estoy segura. Ese tiempo que muchos dicen que todo lo cura. Ese tiempo que otros tantos afirman que hace olvidar lo malo y recordar lo bueno. Sí. Exacto. Ese mismo tiempo al que muchos de nosotros tememos.

El tiempo que perdemos, el tiempo que invertimos, el tiempo que queremos, que amamos, que echamos de menos. El tiempo imparable. El que nos hace crecer como personas (o no). Sí, ese tiempo que pasa delante de nuestras narices como si nada. El tiempo que nos da, que nos quita...

¿De verdad pasará algo? Sí. Pasará el tiempo; ése que no suele retornar.




martes, 27 de agosto de 2013

Y... sin pensarlo, pasó. Pasó como muchas otras cosas en la vida. Pasó como el tiempo, las oportunidades, los trenes.

Pasó delante de mis ojos, delante de mi boca, de mi frente. Pasó delante de mis narices.

Pasó y yo no lo quise ver. Quizá por miedo. Quizá por desconocimiento; por insensatez; pero pasó.

Pasó al igual que ves pasar las aves revoloteando en tu jardín. Como esas pequeñas cosas a las que no les haces mucho caso, pero sabes que están ahí.

...y pasó. Quizá volverá a pasar algo parecido, o cercano; pero nunca volverá a pasar algo igual.


Victoria Eugenia Cánovas Miralles